jueves, 27 de septiembre de 2007

15, 16 y 17.- LUZ


¿Es este el verdadero yo de un líder? Nos sorprendemos al ver la cara oculta de un líder.

Capítulo 15: El Gran Líder
Es mediodía, el calor del trópico ataca; ha tenido dos noches de combate, sin agua ni comida; sangre seca cubre el cuerpo de Garras Prometeo, no tiene saliva, sus ojos están resecos e hinchados, sus párpados pesan; si duerme, la muerte es segura; los usurpadores le observan desde la distancia. Recogieron sus muertos, hasta los más cercanos a Garras Prometeo fueron retirados; él no se movió cuando dos asustados enemigos arrastraron los cadáveres.
Garras tiene dificultades para enfocar la mirada, se mantiene sentado y erguido; sí los invasores del cuartel comprendieran su debilidad, le embestirían a plena luz del día.
Comenzaron extraños movimientos en las filas enemigas; carreras descontroladas, el olor del miedo, voces de mando titubeantes; Garras Prometeo no capta la razón. A pesar de su dificultad visual, vio al recién llegado y lo reconoció.
A su mente saltó el recuerdo de la noche tormentosa, cuando fue rescatado por Helio. El recién llegado es el jefe de los asesinos de su madre y sus pequeños hermanos. Es un ser inmenso, tal como lo recordaba; está al otro extremo del patio central, a la sombra de los muros. Garras pudo oír su voz, le sonó prepotente y despectivo; todos le temen. Varios guardaespaldas le acompañan.
Sin previo aviso, la vista de Garras Prometeo se nubló y cayó hacia delante; como pudo se enderezó; todos vieron su desfallecer, ahora saben de su debilidad, sin embargo, nadie adelantó un paso hacia él.
La poca luz del día le protegió de un ataque masivo; Garras Prometeo se está apagando y la oscuridad se fortalece.

Capítulo 16: Terrible alternativa
Garras pensaba:
-En el siguiente ataque moriré; mi cuerpo casi no responde y ellos están aumentando en número.
Recordó las palabras de Helio:
-Guíate por tu instinto; piensa como el enemigo.
Con voz gruesa, dijo en voz muy baja:
-Le temen, no lo respetan; si sus seguidores lo ven caer lo abandonarán.
Desde el otro extremo del patio, Rompecráneos observaba la escalera, el único camino hacia la biblioteca. Él sabía lo valiosos de esos objetos de papel para sus enemigos. Los odia, desea convertirlos en pequeños trozos y acolchar su cama con ellos. Si no puede acabar con sus enemigos, destruirá sus cosas más amadas.
De nuevo, Rompecráneos fijó la mirada en Garras Prometeo; sabe quién es, lo ha vigilado desde el rescate de Helio, cuando el viejo lo arrancó de sus manos. No quiere fallar, esta vez lo matará.

Capítulo 17: La gran oportunidad
Rompecráneos se acercó a la escalera, sin arriesgarse mucho y aparentando valor; los guardaespaldas lo siguieron; él se detuvo y pensó:
-¿Por qué estos estúpidos no han podido derrotarlo?
Sus rojos ojos se encontraron con los focos amarillos del defensor; sintió miedo y lo disimuló aullándole insultos; Garras Prometeo no contestó.
El guerrero de la escalera comenzó a atender sus heridas, se movía con dificultad y tomando por sorpresa a todos, bajó un escalón. Rompecráneos dio un salto atrás; con la excepción de Destripador, todos los guardaespaldas lo imitaron; la tropa decidió replegarse un buen trecho; complaciente y sumiso, Destripador retrocedió hasta el jefe.
-Estoy haciendo el ridículo- pensó el caudillo -Todos me miran, mi dominio se debilitó, puedo olerlo.
Rompecráneos percibía las dificultades del defensor.
-Sangra, tiene el brazo derecho inútil, debería haber muerto; puedo sacar provecho de la situación; todos caerán a mis pies, estarán bajo mi dominio, mi poder será total.

No hay comentarios: