martes, 11 de marzo de 2008

44; 45.- LUZ en Maestro y Noticias

¿Cuál es la realidad? Tal vez ninguna, tal vez ambas.

Capítulo 44: El Maestro
Poco tiempo después los tres amigos estaban reunidos en El Refugio del Último Consejero, como llamaba el anciano Reidor a la caverna en forma de pera invertida, ubicada bajo la calavera del monstruo gigante.
-Quiero pedirte un consejo Maestro Reidor- Dijo Luz.
El viejecito la miró con cara de risa y contestó:
-¿Maestro? No me llames así, estoy muy lejos de ser un Maestro. Sólo cumplo con el requisito de la edad- y se tapó la boca para no carcajear.
Luz se puso de pie y habló:
-Maestro Reidor, en estas semanas nos has trasmitido incontables experiencias, ellas te han costado el tiempo de mi vida para acumularlas y casi has muerto por conseguirlas. Con esos conocimientos te has mantenido con vida y ahora nos mantiene vivos a nosotros, tus discípulos. Tenemos el deber de llamarte Maestro.
Luz miró a Rayo.
El joven habló:
-Maestro Reidor, muchas felices casualidades me han ocurrido para estar aquí, sin tu experiencia habría sido imposible y yo abría muerto en el intento de sobrevivir. Te considero mi Maestro.
Y dio por concluido el asunto.
El anciano los miró un momento. Sonrió y dijo:
-¿Hablas de un consejo?
-Debo ir mañana a la orilla del río. Al mismo sitio por donde llegué. ¿Cuál es la ruta más segura? Maestro.
Reidor puso expresión de congoja y contestó:
-La más segura es por el rumbo de los grandes árboles. Podemos salir apenas salga el sol y estaremos allí a la mitad del día. Hoy debemos comer y tomar mucha agua, por allí no hay nada para comer; además deberemos correr mucho para mantenernos protegidos de los monstruos voladores. Por fortuna Terror y sus amigos no pueden pasar hacia esa zona, se lo impiden los olores del monstruo de la caverna. ¿Piensas regresar escondida en uno de los barcos?
Rayo estaba de pie y con mirada nerviosa esperaba la respuesta.
Luz exclamó:
-¿Regresar sin saber nada de mis padres? ¡Nunca! Voy allí para recibir un mensaje.
Se presentó una larga discusión, hasta el momento cuando Luz aceptó la propuesta de sus amigos de hacerle compañía. La ruta era compleja, necesitaba un guía, y en las emergencias Rayo era de una ayuda incomparable.

Capítulo 45: Noticias
La siguiente jornada fue extenuante. Se desplazaban en carreras de sombra en sombra; permanecían inmóviles largo rato y otra galopada llena de tensión; las pausas fueron cada vez mas largas, el Maestro Reidor debía descansar y recuperarse.
Cuando llegaron a las inmediaciones del objetivo, Rayo miró el río y quedó hipnotizado por el movimiento de la llanura de agua. Luz tomó su brazo y lo hizo reaccionar:
-Salen del agua monstruos pavorosos y mortíferos. No te acerques.
El joven despertó, pasó la reseca lengua por sus labios y asintió en silencio. Luz, comenzó a buscar algo con la mirada, se cercioró de la ausencia de amenazas y en veloz carrera salió a terreno abierto.
Desenterró algo y comenzó a arrastrarlo. Era un pesado fragmento de madera. Rayo se abalanzó como una flecha y los dos jóvenes llevaron su extraña carga a la seguridad de las sombras.
-¿Para qué quieres eso? No es comestible- Dijo, jadeando, Rayo.
Luz apenas lo miró, se detuvo al lado de la tabla y observando su maltratada superficie dijo en voz alta:
-Abuelos bien. Todos te extrañamos. Oramos por tu bien.
La joven pasó una mano por su cara, secó varias lágrimas, y tomando una piedra afilada se agachó sobre la madera. Con mano firme la rayó y en voz alta dijo muy despacio, mientras trabajaba:
-Estoy bien. Dos amigos inesperados. En la Gran Caverna está Rompecráneos, dio un golpe y tomó el poder la noche de mi huída. Tal vez tarde un poco para enviar otro mensaje. Los quiero y los extraño a todos. Luz.
-¿Porqué hablas sola? ¿Quieres romper la madera? Te buscaré una piedra más grande- intervino Rayo.
Hubo un ruido y se voltearon. El Maestro Reidor había caído desmayado.

2 comentarios:

Rita ♫ dijo...

De las imágenes de este relato, ésta es una de las que más me gusta. ¡Qué hermosa la expresión del felino...!

Joseín Moros dijo...

Sabes descubrir la hermosura sin dejarte llevar por las apariencias.
¿Recuerdas aquello de?:
"Nilas margaritas tienen la blancura de sus dientes"
Un abrazo.