domingo, 18 de mayo de 2008

60, 61.-LUZ en Engañados y Oscuro torrente.


Una vieja y oxidada pintura al óleo sobre tela fue encontrada. Hay quien asegura se trata de Luz, durante su extraña misión en la selva.

Capítulo 60: Engañados
También Luz regresó junto a sus compañeros, arrastrándose en silencio por el estrecho túnel. Desde su escondite en la repisa de roca, tuvo a la vista el perfil de Rompecráneos y el libro durante el largo discurso. No pudo ver el texto leído por el gigante, estaba fuera de su alcance y no osó intentarlo, hubiese sido muy peligroso, Rompecráneos la podría presentir.
-¡Pero, nadie sabe leer!- gritaba Rayo.
-Se dejan engañar como tontos- Insistió.
Y el Maestro Reidor le decía en voz baja:
-Desean ser engañados. Quieren oír que alguien les sacará de sus infortunios, están convencidos de su falta de poder para lograrlo. Cada vida fracasada encontró un algo o alguien culpable. Se rindieron. Se están convenciendo de haber sido robados; que otros frustraron sus esperanzas y no fue su propia falta de perseverancia, de disciplina. Disfrutan siendo víctimas, inspirando lástima. Son felices cuando alguien los descarga de responsabilidad y promete castigar los verdaderos culpables. Se aferran a las promesas de venganza, desean usurpar, y poseer, en algún futuro, lo ganado por el camino fácil.
El anciano se recostó y no habló más. Un momento después rió por lo bajo, aún así no habló.
Luz murmuro:
-Lo más triste de todo es eso, Rompecráneos tampoco sabe leer. Una gran ironía, de nuevo El Gran Libro está en manos de otro ignorante deshonesto, quien lo modifica para sus intereses.
También la joven guardó silencio.
Rayo, con las manos en la cabeza, caminaba para allá y para acá. No le importaba hacer ruido, estaban muy lejos de La Cueva de El Gran Libro, muy al norte de la misma y bajo tierra.

Capítulo 61: Sobre el profundo y oscuro torrente
- ¡Dijiste no había peligro, Maestro Reidor!
Era Rayo quien protestaba. Caminaban en la oscuridad y abajo se oía el rugir del torrente de agua, los expedicionarios pisaban suelo resbaladizo; Luz había dejado oculto el envoltorio bajo La Cueva de El Gran Libro y habían pasado todo un día transitando un resbaloso trayecto. Luz se dispuso a dormir, antes agradeció la ayuda del Maestro Reidor con las dificultades del trayecto y él contestó:
-Una vez estuve colgando de una mano un día entero, allí mismo, por fin encontré un punto para apoyar un pié. Aprendí y me volví más precavido. - Reía y comía un trozo de raíz extraído de la corriente, sería su único alimento en largo tiempo.
Un espeluznante sonido, superior en volumen al del agua, comenzó a invadirlos desde la lejanía.
El anciano Reidor dijo:
-Son los monstruos chupa sangre. Nos sintieron.
Luz y Rayo quedaron de pie, al borde del terror.

3 comentarios:

Morbridae dijo...

Gracias por la visita...!

Ileana Hernández G. dijo...

Tus fantasías corren parejo con la belleza de tus dibujos. Siempre es grato dar una vuelta por aquí. Saludos

Joseín Moros dijo...

Oscuridad, fue un placer.
Saludos.

Ileana siempre visito tu blog, tus comentarios, reflexiones e historias alimentan mi intelecto.
Un abrazo afectuoso.