viernes, 22 de febrero de 2008

41.- LUZ en Silbido de batalla

¿ Ninguna de ellas es Luz?

Capítulo 41: Silbido de batalla
Sobre una piedra, cuya base está cubierta por una capa de hojarasca, Luz y Rayo oteaban a su alrededor; mientras tanto Reidor los espera en el interior del túnel. Ambos están sobre el sitio desde el cual oyeron las voces momentos antes.
Luz habló en voz baja:
-Deben haber sido esbirros de los usurpadores. Es horrible, hay espías dentro de los clanes; Reidor ha sido muy valiente, pudo haber hablado con alguien en todo este tiempo, y no lo hizo
Rayo puso una mano en el hombro de Luz, se oía un sonido lejano y el joven dijo:
-¡Es Terror! Alguien va a morir.
Se oyeron gritos y luego el silencio; el silbido del viento entre los maizales aumentó.
Justo en ese momento los paralizó el sonido de uno de los secuaces de Terror, apareció entre los maizales y avistó a la pareja de jóvenes.
Como flechas saltaron de cabeza, Rayo esperó a Luz y luego desapareció tras ella bajo la roca. El asqueroso hocico trató de abrir el agujero, no pudo, era piedra sólida y demasiado dura para ensancharlo. El monstruo merodeó largo rato y luego se fue, seguro de encontrar victimas más fáciles.
Con sus dos manos sobre la boca, Reidor trataba de contener la risa. Los tres bajaron al túnel madre y soltaron las carcajadas. El miedo se desvaneció de sus cuerpos.
Hablando en murmullos, Reidor continuó guiándolos hacia el norte. Distraído, el anciano silbó muy bajo y Luz se detuvo en seco, lista para el combate. Había recordado a su padre.
-¡Ése es mi silbido de batalla! ¿Cómo lo conoces?
-Los conozco todos, es otro de mis pasatiempos, me mantiene alerta y sí oigo alguno lo sabré identificar; la vida de muchos puede depender de un silbido.

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