lunes, 7 de abril de 2008

52, 53.- LUZ en Intuición y Felicidad

Oculto por el resplandor, el mal puede acercarse.


Capítulo 52: Intuición femenina
Aterrorizados y sin saber de dónde vendría el ataque, cada uno trató de proteger al otro con su cuerpo. Entonces les llegó una voz:
-¡Por aquí! ¡Corran!
Vieron una sombra haciendo señas y saltaron veloces tras ella. La figura les señaló un estrecho hueco y se lanzaron por allí hasta lo más profundo, Luz les siguió.
Desde la oscuridad oían como la bestia hacía esfuerzos por entrar. Luz recomendó en un susurro:
-Espérenme aquí, estaré cerca, cuando se vaya debo ocultar la entrada.
A media noche la bestia se fue. Luz cumplió con la tarea y regresó por el oscuro túnel. Sin razón aparente su corazón se aceleró, algo extraño presentía. Siguió bajando.
En la negrura, la figura femenina se acercó, quedó allí a medio camino, sin hablar, Luz también se detuvo; se miraron, sus ojos apenas distinguían los rasgos. El tercer personaje, cojeando, se acercó desde las sombras.
-¿Luz?
-¿Mamá? ¿Papá?
En ese mismo instante, en la vieja casa al otro lado del río, la abuela Serena despertó:
-¡Nuestra hija está viva! ¡Luz la encontró!

Capítulo 53: La felicidad
Siguió una época maravillosa, para los ahora cinco ocupantes, en El Refugio del Último Consejero. Luz, su madre Rocío y su padre Silbador, estaban sumergidos en la felicidad; el recinto se había convertido en una escuela, con alumnos aplicados y una amorosa maestra.
Se estableció una deportiva competencia entre el anciano Reidor y el joven Rayo. Reidor resultó excelente en lectura, y Rayo tenía hasta dotes de poeta.
Los padres de Luz avanzaban con paso lento y seguro en la tarea de “leer como los Sabios” según sus propias palabras.
Luz y Rayo se encargaron de la comunicación con los amigos del otro lado del río. Recibieron mensajes escritos por los abuelos, y llegó el momento, cuando hasta los padres de Luz contestaron y enviaron sus propias cartas. Las hojas de maíz y las piedras afiladas nunca escasearon para los escritores.
Un día, en plena estación lluviosa, recibieron un mensaje del Maestro Helio.
-Luz, prepara tus padres para venir aquí, es por tu protección y la seguridad de ellos. Viene el siguiente paso y trabajando sola serás más efectiva- leyeron todos.
Los padres se resistieron a abandonar a su reencontrada hija. Entre Reidor y Rayo les hicieron ver lo conveniente, para Luz, de tener sus padres en lugar seguro; entre todos les garantizaron mantener la comunicación escrita.
Una mañana sintieron el sonido del Maestro Garras Prometeo. Luz gritó de alegría y los demás comenzaron a temblar.

2 comentarios:

Rita ♫ dijo...

"Oculto por el resplandor, el mal puede acercarse."
Tus frases me encantan, Joseín.
Publiqué tu comentario como un post, merece la pena.
Por cierto quería agradecerte el correo explicando tu ilustración anterior.
Un Beso.

Joseín Moros dijo...

Vi el post Rita. Me siento alagado. Gracias.